La situación, en términos generales económicos, es más que preocupante para todos los sectores económicos. El confinamiento, obligado por una pandemia mundial que está atacando a la línea de flotación del tejido empresarial, va a generar una crisis sin parangón, una recesión apenas vista y un futuro poco halagüeño para la mayoría de las empresas españolas. La realidad es cruda, negra y, hasta cierto punto, muy preocupante.
En términos generales se abre un periodo de inestabilidad de difícil salida y compleja solución. Y si se tiene en cuenta al sector que representa la Federación Española de Empresas de Mudanzas (FEDEM), las mudanzas en España, el futuro es muy complicado.
Desde esta organización empresarial se lleva reclamando más atención por parte de todos respecto a la irrupción de una competencia alejada de la legalidad y, en muchos casos, totalmente ilegal.
En los últimos años se ha comprobado que en el sector de las mudanzas es aplicable la expresión del ‘aquí vale todo’. Incluso se podría decir que ‘aquí valen todos’. FEDEM ha hecho de la lucha contra la competencia desleal su bandera. Quizá no se haya sabido llegar a la población. Pero a los asociados sí ha llegado.
Falsos autónomos, furgoneteros, empresas de dudosa ética, compañías totalmente ilegales, empresarios amorales… Ante esto, ¿qué se puede hacer desde la legalidad? ¿Qué debe hacer una asociación empresarial para erradicar esta situación?
Quizá haya que llegar a los clientes de otra manera, recordándoles una expresión que FEDEM utiliza en los últimos años: UNA MUDANZA BARATA PUEDE RESULTAR CARA. Si una mudanza no se hace cumpliendo la legalidad laboral, sanitaria o contractual, el coste de ese trabajo será muy inferior al que pueda hacer una empresa legal.
En concreto, los costes de una empresa que cumple con la legalidad estarían basados en los siguientes puntos:
- Costes laborales: la contratación de los trabajadores, con su seguridad social y sus nóminas.
- Costes empresariales: el mantenimiento de la empresa para el paraguas de la legalidad.
- Costes de vehículos: mantenimiento al día de los vehículos, sobre todo en grandes ciudades, obligados por la normativa medioambiental. Incluso para conseguir buenas mudanzas se deben utilizar máquinas de última generación, como grúas o máquinas montamuebles.
- Costes de materiales: una mudanza modelo debe realizarse con materiales modernos, que cumplan cánones de excelencia.
- Costes del trabajo realizado: un seguro de responsabilidad civil, que cubra posibles incidencias en el trabajo; o licencias municipales.
Estos costes deben de ser tenidos en cuenta por los clientes para realizar una mudanza.
Por ello, desde FEDEM se haría una nueva pregunta: si hay una incidencia en la mudanza, ¿quién la pagaría? Un cliente, ¿está dispuesto a dejar entrar en su vivienda, o en su oficina, a una persona sin contrato? El cliente, ¿está dispuesto a contratar una mudanza con una empresa que no cumple con sus pagos a la Seguridad Social?
FEDEM quiere seguir luchando por un servicio legal. Y seguirá apostando por la calidad, aunque para conseguirlo vayan quedándose empresas por el camino, compañías que no comparten la filosofía de una organización empresarial: apostar por la legalidad en todos sus asociados y apostar por una calidad del trabajo.
En los próximos meses, FEDEM iniciará campañas para sensibilizar a la población de los riesgos que acarrea contratar una mudanza sin plenas garantías de calidad ni de legalidad. Por ello, pedimos una mayor colaboración a los asociados. Es el momento de apostar por la unidad de acción, es la hora de que se dé fuerza a esta organización.
La forma de erradicar la ilegalidad será TODOS JUNTOS, desde la unidad. Y unidos se logrará llevar a la población la idea de que ‘UNA MUDANZA BARATA PUEDE RESULTAR MUY CARA’