Los trasteros que ofrecen las empresas de mudanzas son esos espacios que se necesitan o urgen, en situaciones transitorias de mayor duración o se utilizan de forma habitual por déficit de espacio en los propios hogares u oficinas.
La mayoría de las instalaciones donde se agrupan los trasteros disponen de aparcamiento para clientes y zona de carga y descarga. Son módulos limpios, seguros y prácticos, con buen servicio de ayuda y asesoría, además de control periódico de plagas. Las medidas oscilan entre los 12, 15 ó 20 metros cuadrados hasta los 50 ó 60 metros cuadrados. En algunos existe un altillo de unos dos metros de altura libre, muy útil para incrementar el espacio de almacenaje.
Los contratos son flexibles: por lo general, no hay compromiso de permanencia (aunque algunos exigen un mínimo de dos meses). Igualmente, podrá cambiar el tamaño de su trastero cuando convenga. Incluyen un seguro básico para cobertura de las pertenencias y su cuota irá en función de los metros cuadrados del trastero en cuestión.
Hay trasteros individuales para particulares, ubicados en pasillos limpios, bien iluminados dentro de extensiones climatizadas que proporcionan un ambiente semejante al que tendría en su propia casa. Se pueden encontrar desde un metro y medio o dos metros cuadrados de suelo, por 70 u 80 centímetros de altura. Un plus de espacio donde se pueden apilar gran cantidad de cosas.