Es, y será, un histórico del asociacionismo de las mudanzas en España. Es, y será, un hombre que trabaja, trabajó y seguirá trabajando por la unidad del sector. Es Ramón Trallero, cuyo nombre es sinónimo de mudanzas. Y después de los 31 años en el mundo asociativo de este sector, la Federación Española de Empresas de Mudanzas (FEDEM) ha querido reconocer su trabajo y su trayectoria.
Por ello, en la última Asamblea General de la Confederación Española de Transporte de Mercancías (CETM), celebrada en Madrid el pasado mes de junio, se le hizo entrega de una Placa de Honor que todos los años se da a aquellas empresas, instituciones, proyectos o personas que hayan destacado significativamente por su trayectoria profesional y que hayan trabajado en la defensa de los intereses del sector del transporte de mercancías y la logística.
Es el caso de Ramón Trallero, un histórico de FEDEM, en cuyo nacimiento participó de forma activa. Ya era miembro de la Junta Directiva del germen de esta organización, ANME, la Asociación Nacional de Mudanzas España. Y desde entonces hasta hace unos meses ha estado representando a su Comunidad Autónoma en la organización nacional.
Así es Ramón Trallero, un hombre hecho a sí mismo, que con el paso de los años ha logrado hacerse un hueco importante en el sector de las mudanzas, llegando a ser una de las principales empresas españolas sobre todo en las mudanzas internacionales.
A sus 69 años ya se plantea el retiro. Pero Ramón Trallero es, como dicen quien lo conoce, “genio y figura”. Trabajador, amable, conversador… Ramón no ha faltado a casi ninguna reunión de FEDEM. Allá donde se hablara de mudanzas, allá que iba. Así es Ramón Trallero, el mismo mudancero que entró en la empresa de su padre con 15 años, tras acabar su Bachillerato.
Y se ha ido haciendo poco a poco. Mirando, analizando, viendo. Ahora ya la empresa de mudanzas Trallero lo lleva la cuarta generación, después de que su abuelo, Ramón Trallero Llop, la pusiera en marcha.
Mudanzas y Guardamuebles Trallero fue fundada en 1919 y se dedicó de forma general, en sus primeros años, a la mudanza en territorio nacional. Aunque, en aquellos años utilizó los escasos medios que disponía, la voluntad de ampliar sus horizontes fue el germen que permitió su posterior evolución. En 1949 tomó el relevo de la dirección Ramón Trallero Sancho, hijo del fundador, junto a su mujer Teresa Gimeno Latorre. Si en esos años ampliaron la base de camiones y afianzaron el posicionamiento de la compañía, han sido los nietos Ramón, Josep y María Teresa Trallero Gimeno los que han llevado la empresa hasta a escena internacional.
Ramón Trallero reconoce que los años han llevado un “cambio radical” al sector de las mudanzas. Recuerda con cariño aquellos trabajos que hacía en sus primeros años al frente de la empresa, con las garruchas para subir los muebles a las viviendas, con sistemas de embalaje que consistían en mantas rodeando los muebles…
Y ahora, con los años, “ya se suben los muebles con máquinas (recuerda que fue su empresa quien compró la primera máquina de este tipo en España) y para los embalajes se utilizan diversos materiales que protegen los enseres”. Pero para Ramón Trallero esos recuerdos no son añoranzas. Son el ejemplo de los años vividos, de una experiencia que se va logrando.
“Ahora hay una mayor profesionalización”, señala, aunque también quiere dejar claro que en aquellos años, hace ya 30, “también eran muy profesionales”.
Y, por supuesto, que Ramón Trallero tiene varios lamentos que hacer al actual sector: “competencia desleal, piratas, empresas desleales…”. Por ello, afirma, como siempre ha hecho al frente de la Asociación Catalana de Mudanzas y en FEDEM, que son necesarias “más inspecciones, un mayor control a esta economía sumergida que tanto perjudica a los legales, a las empresas legalmente establecidas”.
Ramón Trallero es así. Un mudancero de los de antes, pero con la mirada abierta al futuro, al progreso.